Todos hemos escuchado y leído mil veces que “lo importante es prevenir” o “mejor prevenir que curar”,  y nada más cierto y real.
La medicina del siglo XXI es, sobre todo, preventiva. Continuamente recibimos información sobre las campañas de vacunación o sobre hábitos de salud que nos ayudarán a evitar enfermedades, o pruebas que nos ayudarán a diagnosticar lesiones que nos evitarán males mayores.
Quizá los dos cánceres de la esfera femenina en los que más se ha avanzado en su prevención sean los de cuello uterino (o cérvix) y el de mama. Aunque también hemos mejorado, y mucho, en los de endometrio y ovario.
El cáncer de cuello uterino, como ya sabe todo el mundo, está muy relacionado con el virus del papiloma humano (VPH o HPV en sus siglas en inglés) y en España hemos logrado tener una de las tasas más bajas de Europa, en gran parte debido a la realización desde hace años de la llamada “citología” o prueba de Papanicolau en todas las mujeres que ya han iniciado sus relaciones sexuales o tengan más de 21 años.
Existen desde hace ya 9 años unas vacunas para la prevención del cáncer del cuello uterino, incluidas en el calendario vacunal aunque son de aplicación voluntaria (en Aragón más del 80% de la población a la que se le ha ofrecido se la ha puesto). La vacuna se administra a todas las niñas entre 12 y 14 años (son dos dosis), aunque puede administrase a cualquier edad (en este último caso con cargo al paciente).
La vacuna del papiloma humano puede ser administrada en mujeres mayores de 14 años sin vacunar, incluso en mujeres que ya han tenido contacto con alguno de los más de 100 virus del tipo VPH. Hay que aclarar que la vacuna NO es un tratamiento para la infección del VPH, pero ayuda a la prevención del resto de los virus.
Pero la mejor prevención del VPH son los buenos hábitos sexuales, principalmente la fidelidad, evitar el cambio frecuente de pareja sexual, el correcto uso del preservativo…
Es importante saber que el tabaco es un co-factor importante en la infección del VPH. Por tanto, un buen hábito de salud como el no fumar ayuda a prevenir este cáncer.
En relación al cáncer de mama, el más frecuente entre las mujeres -ya que una de cada 8 mujeres será diagnosticada de cáncer de mama a lo largo de su vida-, la realización de mamografías asociadas a ecografía mamaria a partir de los 40-45 años con una frecuencia anual o bianual, ayuda y mucho al diagnóstico precoz de esta enfermedad. El diagnóstico precoz es fundamental ya que, en un cáncer diagnosticado en su estadio inicial más del 95% de las pacientes a los 15 años están vivas y con una excelente calidad de vida.
En el cáncer de mama los buenos hábitos de salud son fundamentales para su prevención. Por ejemplo: evitar el tabaco (no fumar), reducir la ingesta de grasas y carnes rojas, rebajar el estrés, la toma de alimentos ricos en antioxidantes, la lactancia, el tener hijos… Todo ello ayuda y mucho en la prevención del cáncer de mama.
Otros cánceres ginecológicos como el endometrio, el ovario o la vulva también pueden prevenirse.
El de endometrio se previene reduciendo la obesidad, la hipertensión y la diabetes (puesto que en las mujeres que tienen estas tres patologías es mucho más frecuente), además de controlando más de cerca a las mujeres nulíparas (sin hijos).
Ante cualquier sangrado (por escaso que sea, a parir de la menopausia, por favor no deje de acudir a su ginecólogo).
El cáncer de ovario, sigue siendo nuestra bestia negra, pero podemos prevenirlo con el uso de las píldoras anticonceptivas (se sabe que reducen significativamente el riesgo de tener este cáncer), o con la salpinguectomía bilateral (en caso de tener que realizar una ligadura de trompas, opten por una salpinguectomía porque reduciremos el riesgo de tener cáncer de ovario). Las pacientes con un gen conocido como BRCA1 y BRCA2 (alto riesgo de padecer cáncer de mama y/i ovario) pueden valorar la anexectomía bilateral una vez cumplida el deseo de tener tantos hijos como quiera.
El cáncer de vulva, frecuente en las mujeres de edad avanzada, puede evitarse casi en el 100% de los casos con buenos hábitos de salud: evitar el talco en la vulva, evitar el uso continuo de cremas con corticoides por “picores que no se van”, una buena higiene vulvar. Como sucede con el cérvix, en la vulva existen una serie de lesiones que tratadas a tiempo evitarán la aparición de este cáncer tan grave.
Ante la presencia y persistencia de picor o alguna pequeña herida a nivel vulvar, por favor, acuda a su ginecólogo.
Recuerden que el mejor tratamiento del cáncer es su prevención.
Como últimos consejos:
  • Vacune a sus hijas de 12 a 14 años del virus del papiloma humano (VPH)

  • Hágase mamografías con ecografía mamaria de forma frecuente (cada 1 ó 2 años)

  • Si está en edad menopaúsica y tiene un sangrado (de cualquier tipo) acuda a su médico.

  • Si tiene picor crónico o una herida en vulva que no se va, acuda a su ginecólogo.

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