El sarampión, las paperas, la varicela o la rubeola son enfermedades que en el primer mundo están volviendo a causar algunos problemas cuando ya se creían casi erradicadas. El repunte de estas enfermedades puede deberse, según los epidemiólogos y la propia Organización Mundial de la Salud (OMS), al rechazo a la vacunación y/o la falta de recursos en algunos países.
La no vacunación es un movimiento social surgido en los últimos años que alerta sobre los peligros de la intromisión del virus en el cuerpo humano, aunque sea de forma atenuada.
Los expertos alertan de los riesgos que comporta para la salud el no cumplir con el calendario de vacunación especialmente entre los menores de dos años. Se trata de un problema de salud pública que precisa que se pongan todas las barreras posibles al desarrollo de la enfermedad.
Estas enfermedades pueden generar importantes problemas y secuelas en los niños que sufren las infecciones por estos virus o bacterias y que no estén debidamente vacunados; a su vez pueden poner en riesgo a los menores que estén pendientes de recibir sus vacunas, al verse reducidos los niveles de inmunidad del entorno.
Es importante hacer hincapié, además, en la necesidad de seguir las instrucciones de los pediatras e instituciones sanitarias con el objetivo de garantizar el mejor estado de salud de los menores. Algunas aseguradoras, como AXA, incluye entre sus coberturas, como factor relevante de su vocación de protección de la salud, la vacuna del papiloma humano, siempre con prescripción médica.
Pese a que la vacunación está casi siempre ligada a la infancia también hay que hacer mención a los viajeros cuya vacunación es imprescindible y, en muchos casos vital. Viajar a determinados puntos del mundo sin una adecuada vacunación, como por ejemplo la vacuna de fiebre amarilla, es altamente arriesgado.
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