La estenosis valvular aórtica es una disfunción que se refleja en el estrechamiento anormal de la apertura de la válvula, y con ello la reducción del flujo sanguíneo del corazón. Si la cantidad de sangre que sale del órgano cardiaco en condiciones normales es de tres litros por minuto, en una persona afectada por estenosis aórtica se reduce a 200 o 300 mililitros. En estos casos, la válvula aorta, una de las cuatro válvulas que regulan la entrada y salida de sangre al motor de nuestro cuerpo, necesita ser reemplazada.
Pero no todos los pacientes pueden resistir una cirugía cardiaca para el recambio. Las intervenciones percutáneas, es decir, vía cateterismo a través de la arteria femoral, se presentan como una alternativa igual de eficaz y de menor riesgo que las complicaciones que sugiere una intervención quirúrgica en pacientes con estenosis aórtica grave. Sin embargo, las válvulas de primera generación adolecían de la posibilidad de cambiar de lugar in situ, e incluso ser extraídas de nuevo del organismo para poner otra de recambio.
Esta flexibilidad ha llegado de la mano de las nuevas prótesis valvulares como la válvula Lotus desarrollada por Boston Scientific. Se trata de dispositivos biológicos en los velos encargados de abrir y cerrar la válvula que van cosidos a soportes de metal. La válvula va replegada dentro de un conducto tipo stent, que llega hasta el lugar del anillo aórtico que registra el anómalo grosor y endurecimiento, y allí se despliega mecánicamente. Es un cilindro de unos 19 centímetros de altura y un diámetro variable de entre 23 y 27 milímetros. “El especialista en hemodinámica puede guiar este dispositivo, manejarlo con precisión quirúrgica, moverlo hasta su fijación exacta, anclarlo o extraerlo de nuevo”, indica Raúl Moreno, jefe de hemodinámica y cardiología intervensionista del Hospital Universitario La Paz de Madrid.

“Una vez colocado, podemos ver si está funcionando adecuadamente o, en caso contrario, volver al principio y buscar otra posición mejor. Las válvulas anteriores no se podían recolocar ni retirar del paciente”, describe Garikoitz Lasa, médico adjunto de la unidad de hemodinámica y cardiología intervencionista de Policlínica Guipúzcoa, de San Sebastián, el primer centro hospitalario en España donde se implantaron las prótesis valvulares Lotus. La recuperación total del paciente es súbita. Aunque el procedimiento todavía no es ambulatorio, de hecho hay una sedación en el momento de la punción, hay pacientes que en 24 a 48 horas pueden regresar a casa recuperados.
En el último congreso de cardiología intervencionista EuroPCR celebrado en mayo en París se presentaron los resultados del estudio clínico REPRISE II, realizado a 120 pacientes en 14 centros de Australia, Francia, Alemania y Reino Unido. Los primeros ensayos demuestran la eficacia de estas válvulas a lo largo de seis meses, con casos de regurgitación paravalvular moderada (la válvula aórtica no cierra del todo) en tan solo un 1,1% de los pacientes.
La valvulopatía aórtica afecta al 3% de la población de más de 65 años y a un 5% de los de más de 75 años. La tasa de supervivencia desde que aparece esta anomalía es del 50% a los dos años y del 20% a los cinco.