El asma no tiene cura, pero un control adecuado de la enfermedad consigue evitar crisis y reagudizaciones, así como las consiguientes visitas a los servicios de urgencias y hospitalizaciones. No obstante, dos tercios de pacientes no la contro­lan, y en ello intervienen una serie de factores, analizados recientemente por un grupo de pro­fesionales implicados en el abordaje del asma, en un coloquio organizado por Philips con la co­laboración de la Sociedad Española de Sociedad Española de Pulmón y Cirugía Torácica (Separ). El control de la enfermedad pasa por la ausencia de síntomas, es decir, la persona no debe ver su vida cotidiana condicionada. Una de las claves para conseguirlo es la información de la que dis­pone el paciente sobre su enfermedad y cómo tratarla, lo que contribuye a un mejor autocui­dado, siendo uno de los aspectos fundamentales el correcto cumplimiento del tratamiento tera­péutico.

Motivos
Sin embargo, diversos estudios coinciden en que alrededor de un 33% de pacientes no realiza un manejo correcto de los inhaladores, según Carlos Almonacid, neumólogo del Hospital Quirón Salud Sur, en Madrid. Entre los moti­vos, se encuentra que no reciben la información suficiente sobre el uso de estos dispositivos, así como la diversidad de aparatos existentes, que varían en función del fabricante y del tipo de tra­tamiento.
De ahí que los expertos reunidos en el coloquio incidieran en la necesidad de que todos los pro­fesionales sanitarios se impliquen en la mejora del conocimiento sobre el uso de los inhaladores y en concienciar sobre la importancia de la co­rrecta administración del medicamento.
Aunque se ha mejorado en el diagnóstico del asma, continúa habiendo dificultades para detectarla, debido a la falta de información de la población y a que presenta síntomas inespecífi­cos, pudiéndose confundir con otros procesos o patologías más benignas.
Es por ello que la educación sanitaria es tan im­portante en su diagnóstico y tratamiento, según Eva Martínez Morago, jefa de Neumología del Hospital Doctor Pesset de Valencia, que desta­có que existen experiencias positivas en países donde han sido implantados planes nacionales de atención a esta patología.
Se desconocen con exactitud las causas por las que el asma va en aumento, aunque influye la contaminación medioambiental y el estilo de vida (sedentarismo, obesidad o tabaquismo), lo que explica que en los países industrializados existan más casos.
La incidencia es mayor en niños (aproximada­mente el 10% tiene algún tipo de asma) que en adultos (la padecen entre el 5 y el 6%), lo que no significa que desaparezca con la edad, sino que evoluciona en ciclos, de manera que pueden pasar décadas sin que se presenten síntomas.