El nuevo curso escolar ha empezado y los padres nos vemos obligados no sólo a retomar nuestra rutina, sino también a reiniciar los buenos hábitos que tenían nuestros niños y que tanto descuidamos durante las vacaciones de verano.
Es importante iniciar poco a poco los ritmos de sueño, ya que si lo dejamos para el último día es probable que los niños estén nerviosos por la vuelta al cole y junto con el horario de sueño cambiado por las vacaciones, los primeros días se hagan cuesta arriba por las mañanas. Por eso, hay que ir poco a poco adelantando la hora de irse a dormir, aunque suponga irse un día de fin de semana antes a la cama, para que llegado el día D, los niños tengan sueño a una hora prudente.
Al igual, por las mañanas hay que ir despertándolos cada vez un poco antes para que no les cueste tanto madrugar los primeros días. También habrá que acortar las largas siestas de verano.
Respecto a las comidas, es hora de desintoxicarnos de los famosos excesos veraniegos, esto también incluye a nuestros hijos que, por lo general, han tomado más dulces y helados y han seguido un menú con menos restricciones y también con horarios muy desordenados.
Cuanto antes incorporemos un menú equilibrado y adecuemos el horario al que lleven durante el curso mejor. Habrá que aumentar la cantidad de verduras y frutas poniendo hincapié en las ricas en fibra ya que en vacaciones también se suele alterar el ritmo intestinal en los más pequeños.
Por último, es recomendable hacer partícipes a los niños de todas las compras y gestiones que los padres hacemos en septiembre, ir a comprar los uniformes, el material escolar, forrar los libros… así los niños empezaran con más ilusión un nuevo curso y con ganas de volver a “la normalidad”.