Redacción
Durante el verano las largas jornadas en la playa y los baños en el mar son una práctica frecuente que, además de resultar relajante, pueden aportar numerosos beneficios siempre y cuando contemos con las medidas de protección adecuadas. Para las personas que padecen determinadas enfermedades de la piel, como ezcemas atípicos, psoriasis o acné, como señala Mayte Truchuelo, dermatóloga del Hospital Vithas Nuestra Señora de América y de Vithas Internacional, “los baños en el mar en combinación con la humedad ambiental y la exposición solar limitada, por el efecto antiinflamatorio del ultravioleta del sol, resultan beneficiosos”.
La sal posee múltiples propiedades, entre ellas, destaca su efecto exfoliante y antiséptico. “Es bien conocida su utilidad en el tratamiento de infecciones de los dedos de la mano o alrededor de las uñas, lo que se conoce como panadizo. En estos casos, los baños en agua caliente con sal poseen un efecto muy beneficioso”, afirma Truchuelo.
En el ámbito de la estética, puede utilizarse como exfoliante, puesto que ayuda a eliminar restos de suciedad o células muertas de la piel y, debido a su efecto astringente, puede contribuir a la eliminación del exceso de grasa facial. Sin embargo, como advierte la especialista, “también puede irritar nuestro cutis debido a la hiperosmolaridad que produciría la pérdida de agua en la piel”. Por todo ello, como apunta la experta, su uso en determinadas terapias no se aconseja porque actualmente existen productos menos irritantes.
Ventajas e inconvenientes del uso de la sal sobre nuestra piel
Si hablamos de la sal del agua marina, es importante destacar su riqueza en minerales esenciales que pueden aportar beneficios a las células cutáneas, así como incrementar la circulación de la sangre en toda la superficie de la piel. Asimismo, las propiedades antisépticas que posee pueden contribuir a la curación de pequeñas heridas, rozaduras o cortes y a la prevención y tratamiento de determinadas infecciones.
También aporta buenos resultados en la limpieza de los poros obstruidos, de ahí su utilidad en el tratamiento del acné y otras patologías y su uso como exfoliante.
A pesar de los múltiples beneficios comentados, los especialistas advierten que es importante tener en cuenta que la sal también puede producir irritación en la piel y al contacto con mucosas, sequedad y deshidratación, por ello, aunque los baños en el mar son beneficiosos, la aplicación directa de la sal en tratamientos estéticos dermatológicos no resulta tan recomendable.
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