El sueño es imprescindible para regular los niveles de azúcar en sangre y garantizar que nuestro cuerpo sea sensible a la insulina. Una carencia prolongada de sueño puede implicar el desarrollo de resistencia a la insulina y con ella problemas de obesidad, diabetes y demás enfermedades relacionadas.

Regeneración de tejidos y rejuvenecimiento

Durante el sueño se liberan grandes cantidades de hormona de crecimiento y se regeneran los tejidos. La carencia del sueño implica que nuestro cuerpo no se recupera ni sana adecuadamente tras las agresiones que recibe a lo largo del día. El síntoma más claro es el envejecimiento prematuro que se manifiesta en la aparición de arrugas en el rostro acompañadas de ojeras.

Regulación de los niveles de grasa corporal

Dormir entre 7 y 8 horas en combinación con una dieta adecuada es la mejor manera de controlar nuestros niveles de grasa corporal y prevenir la acumulación de la misma en forma de tejido adiposo.

Estimulación de la libido

El adecuado descanso es la mejor manera de garantizar que nuestro impulso sexual sea el adecuado. De hecho la falta de sueño puede limitar el rendimiento sexual e incluso reprimir el deseo.

Rendimiento físico y mental

Dormir 8 horas diarias es fundamental para mantener nuestra capacidad física y mental al 100%, de lo contrario es frecuente sentirse especialmente cansado cuando llega la tarde e incluso tener dificultades para concentrarse o recordar las cosas con claridad.

Equilibro emocional

La carencia de sueño y en los casos más severos como el insomnio, el estado emocional se altera y es frecuente el mal humor matutino, pudiéndose llega a fenómenos más graves como la depresión. El sueño es un regulador de nuestro psíquico y mental.
La falta de sueño puede así silenciosa y lentamente minar nuestra salud sin que nos demos cuenta. Recuerda la importancia de contar con un sueño de calidad y no limitar voluntariamente la cantidad de horas de sueño. De lo contrario te expones a desarrollar problemas de salud innecesarios que podrían evitarse con tal sólo 60 minutos más en la cama. ¿Y tú? ¿Cuántas horas duermes al día?